El Boletín Semanal del Proyecto de Solidaridad con México
21 de abril de 2021/ Meizhu Lui, para el equipo editorial
La antigua expresión “las paredes tienen oídos” tenía mucho sentido hace años cuando escuchar a escondidas implicaba poner una oreja en el ojo de una cerradura. En ese entonces, aún podías susurrar detrás de las paredes de tu habitación y guardar tus secretos.
Ya no. Las paredes de hoy tienen ojos y oídos. De hecho, olvídese de usar una pared como cualquier tipo de escudo de la mirada de observadores desconocidos y no deseados. Quienes nos vigilarían tienen dispositivos infrarrojos para detectar el calor corporal, sensores de movimiento y tecnología de reconocimiento facial. Pueden acceder a nuestros teléfonos móviles y computadoras. Pueden colocar cámaras en drones o globos en lo alto. Una pared no ofrece seguridad ni protección.
Un muro también puede ser el método menos efectivo para detectar y disuadir a los migrantes que cruzan la frontera, la realidad central que hizo que el mantra de Trump de “construir el muro” no fuera más que un truco político. El presidente Biden, mientras tanto, está hablando de un muro “inteligente” o “virtual” para controlar la frontera entre Estados Unidos y México, un giro peligroso en la política migratoria de su gobierno. Después de todo, la tecnología de vigilancia actual puede ser “eficaz”. Solo mire cómo esta alta tecnología ha ayudado a los militares a atacar y matar a “personas de interés” en el Medio Oriente.
Ya estamos regalando nuestra información privada de forma gratuita. Los sitios web nos informan, en letra pequeña, que pueden usar lo que aprenden sobre nosotros como quieran. Nuestros gigantes corporativos en línea persiguen ganancias y obtienen ganancias inesperadas, vendiendo la gran cantidad de datos que extraen de nosotros a la policía y agencias gubernamentales. Los dólares de nuestros impuestos, en efecto, nos están despojando de la privacidad, dejándonos desnudos y expuestos.
Si seguimos ignorando la vigilancia de alta tecnología centrada en los migrantes, esa vigilancia se apoderará de nuestras vidas. Necesitamos volver nuestros propios ojos y oídos hacia el Big Brother, antes de que se concentre, con tanta fuerza, en todos nosotros.
A principios de este mes, Jacinta González, del grupo de justicia económica y social Mijente, moderó una interesante discusión en línea que generó preguntas de una amplia gama de activistas sobre cómo podemos rechazar el uso cada vez mayor de tecnologías de vigilancia, en primer lugar contra los migrantes, pero también contra todos nosotros también. La congresista Ilhan Omar ofreció comentarios a lo largo de este programa bilingüe de Digital Dragnet, y a continuación hemos extraído las ideas que ella y otros colaboradores compartieron.
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