Liberation Road

Identificando la Serpiente Real

El Boletín Semanal del Proyecto de Solidaridad con México

17 de marzo de 2021 / Meizhu Lui, para el equipo editorial

En el siglo V, según la historia clásica, San Patricio expulsó a todas las serpientes de Irlanda. Siglos más tarde, en la guerra entre México y Estados Unidos de 1846-1848, los inmigrantes irlandeses reclutados en el ejército de los Estados Unidos nunca lograron expulsar a ninguna serpiente de México. Pero ellos y su batallón —los San Patricios— tuvieron éxito en algo mucho más importante. Identificaron correctamente la “serpiente” en México que tanto necesitaba ser expulsada.

Estos soldados irlandeses llegaron a México con órdenes de obligar a México, a punta de pistola, a rendir su territorio al vecino agresor. Los irlandeses se dieron cuenta rápidamente de que estaban ayudando a perpetrar una grave injusticia. Estaban siendo utilizados. Se quitaron sus uniformes y unieron con los mexicanos.

Los San Patricios reconocieron a las serpientes cuando las vieron. En Irlanda, las serpientes británicas se habían apoderado de su tierra y destruyeron el sistema comunal. Su dominio colonial empobreció a los agricultores irlandeses que alguna vez fueron prósperos. Los San Patricios, una vez en México, vieron las marcadas similitudes entre sus experiencias y las vidas que llevaban los campesinos mexicanos. Estos mexicanos habían librado una revolución apenas treinta años antes para defender su tierra comunal. Los San Patricios entendieron la brutalidad que estos campesinos habían enfrentado.

Los irlandeses, con su historia colonial, a veces han sido llamados como los únicos “blancos de color”. Pero los irlandeses emigraron a tierra de la supremacía blanca y, después de una generación, los estadounidenses de ascendencia irlandesa se identificaron completamente con los blancos. Disfrutando de los privilegios de ser blancos, muchos se unieron a la violencia contra los inmigrantes chinos y lucharon contra la igualdad de derechos para los afroamericanos. En días más recientes, muchos se han puesto gorras MAGA.

Pero a lo largo de la historia de los Estados Unidos, muchos estadounidenses de ascendencia irlandesa han luchado por los derechos de todos los trabajadores. Han comprendido que volverse “blancos” tiene un precio muy alto: la pérdida de la identidad irlandesa, una identidad de solidaridad que trasciende las fronteras raciales y nacionales.

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Bruce Hobson, coeditor del Boletín y entrevistado para Voces este número, tiene raíces irlandesas que tocan a los San Patricios. Hoy, entiende, los movimientos transfronterizos por la justicia solo tendrán éxito si todos hacemos todo para identificar una serpiente real cuando la vemos. Si no lo hacemos, esa serpiente también nos envenenará.

En la década de 1970, cuando Bruce Hobson trabajaba en un colegio comunitario fue muy influido de sus compañeros ex Boinas Cafés (Brown Berets) que eran del movimiento chicano revolucionario. A mediados de los ochenta, se puso a trabajar en un programa de salud dirigido por campesinos en las montañas de México occidental, donde atendía a niños discapacitados y sus familias. Luego de impartir un taller a trabajadores de salud indígenas y representantes del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados en Chiapas, el ACNUR lo contrató para capacitar a refugiados guatemaltecos en diagnóstico ortopédico y rehabilitación para niños en la selva de Chiapas. Luego del estallido del levantamiento zapatista en 1994, el gobierno mexicano lo deportó, bajo el pretexto que el motivo de su trabajo era “para reunir apoyo internacional” para el Ejército Zapatista. Bruce es miembro de Liberation Road y coeditor y traductor del Boletín de Solidaridad con México, y ahora vive en Guanajuato, México.

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